Reflejado
navegas despacio,
ajeno
hasta mis dominios.
Inquieto, desnudo
te llevan elegantemente
el rastro de las ondas que dejan las sábanas.
Impreciso, nervioso
ocultando tu soledad,
buscas reposo en mi florecida isla.
Viajero de brújulas mareadas,
náufrago
en las arenas de mi isla,
te sientes deseoso y ávido,
de esta boca de mar.
!Intenta aventurarte,
atrévete a mantener la mirada!
La noche no sería noche
sin unos ojos que se miren de pronto.
Serán cómplices,
sensorialmente eróticos,
criaturas indefensas,
camuflados de besos,
y amantes
mientras tu voz única
despierta mi piel.
